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Estado de los pantanos en Cataluña: 19-11-18

Este año las precipitaciones están siendo abundantes en buena parte del territorio. Son varios los días en los que ha llovido, y en ocasiones de forma muy intensa con tormentas. Los registros están, a día de hoy, por encima de la media; muy por encima en algunos casos. El mejor indicador de esta dinámica tan positiva de lluvias lo tenemos en el agua almacenada en los pantanos, en los que la mayoría superan claramente tres cuartas partes de su capacidad.

Figura 1. Almacenamiento de agua en los pantanos a fecha del 19-11-18. Fuente: elaboración propia a partir de la Agència Catalana de l’Aigua.

Como se puede observar en el gráfico, seis de los siete pantanos expuestos superan el 80% de su capacidad, mientras que el de Oliana está actualmente en torno al 63%. No es una cifra mala ni mucho menos, ni tampoco es que haya llovido poco en esa zona. Precisamente, debido a la gran cantidad de agua registrada en el lugar y en el Pirineo hacen que el pantano reciba importantes cantidades de agua, por lo que en algunas ocasiones se han tenido que abrir las compuertas.

Para hacernos una mejor idea de la buena situación actual de los pantanos en Cataluña, basta con comparar sus registros actuales con los de hace exactamente un año, donde hubo sequía y los registros eran algo más delicados. La mayor diferencia la encontramos en los pantanos de Susqueda y Sau, con un incremento respecto al año pasado de 43,36 y 39,68 puntos, respectivamente. También destacar el pantano de Rialb, con menos de la mitad del agua disponible hace un año, mientras que a día de hoy ya lleva poco más de un 88%.

Y aún podría haber más agua en los pantanos si en los años anteriores no hubiera habido sequía, ya que el suelo también necesita hidratarse, por lo que en algunos casos una cantidad importante de agua que podría haber ido a parar a los pantanos fue absorbida por el suelo y la vegetación.

Sin duda estamos ante una situación muy buena a nivel hídrico, incluso excesiva en muchos lugares. Al suelo ahora le cuesta tragar agua, los bosques están bien húmedos, algunos ríos se han desbordado y emanan cascadas de rieras que hacía años que no fluían. ¡Que dure!

La Biogeografía

Hace un tiempo os hablé de las denominadas Otras Geografías, basadas en un conjunto de corrientes derivadas en otras percepciones e ideas, y a las que podéis echar un vistazo en el siguiente enlace: Las otras Geografías.

Pero hoy os explicaré una de las disciplinas más importantes dentro de la Geografía Científica, la Biogeografía, un sector que pertenece a la Geografía Física, como también lo son la Climatología y la Geomorfología, entre otros. Para ubicaros un poco y veáis con algo más de detalle en qué consiste la Geografía, os dejo el siguiente enlace, correspondiente a uno de los primeros post de este blog: ¿Qué es la Geografía?

¿Y qué es la Biogeografía?

Es la rama de la Geografía Física que estudia la distribución de los seres vivos, de las comunidades y hábitats que constituyen, así como los factores y procesos que intervienen en su distribución geografía.

Dentro de la Biogeografía encontramos distintas sub-ramas:

– Fitogeografía o Geobotánica: es la geografía de las plantas.

– Zoogeografía: basada la geografía de los animales.

– Corología: estudia la distribución y delimitación de las áreas a la que pertenecen los distintos organismos.

– Paleobiogeografía: se encarga de analizar la distribución y la ecología de los seres vivos en tiempos geológicos pasados.

– Bioclimatología: consiste en investigar las interacciones entre el clima y los seres vivos, especialmente los efectos del clima sobre los animales y las plantas.

– Palinología: es el estudio del polen y de las esporas actuales y fósiles.

En este artículo nos quedaremos con el estudio y análisis basado en la vegetación, es decir, la Fitogeografía, Geobotánica o Biogeografía, mismamente. Pero no nos adentraremos en el análisis puro y duro de la vegetación, puesto que daría para muchos post y horas y horas de contenidos. Nos centraremos en algunos aspectos genéricos.

Los niveles de organización biológica

A la hora de entender, identificar y clasificar la vegetación, hay cuatro niveles en los que se recopila la información para un mejor análisis y estudio. Seguidamente se muestran de más genérico a más localizado.

– Paisaje: porción espacial percibida por un observador, caracterizada por la combinación e interacción de elementos físicos, bióticos y antrópicos.

Ejemplo: conjuntos arbóreos de encinas (encinares), carrascas (carrascales) y distintos tipos de matorrales y especies herbáceas en pleno bosque.

– Comunidad: compilación de seres vivos que ocupan un territorio definido.

Ejemplo: conjunto de encinas (encinares) y carrascas (carrascales).

– Población: agrupación de individuos de una misma especie que habitan en un área determinada.

Ejemplo: conjunto de encinas (encinares).

– Organismo: es la vegetación propiamente dicha.

Ejemplo: encina.

Distribución geográfica de la vegetación

Es importante tener en cuenta cómo se distribuye la vegetación en todo el planeta, ya que de ese modo se comprenden mejor las características y comportamientos de las distintas especies. Por lo general, se habla de la longitud (zonificación de oeste a este) y de la latitud (zonificación de norte a sur).

La longitud no presenta una especial incidencia en el desarrollo de la vegetación, puesto que en estos casos son las características y condiciones del terreno las que influyen en ésta (áreas más continentalizadas o insulares, por ejemplo).

La latitud sí tiene una mayor influencia sobre la vegetación, ya que hay un peso importante de las condiciones atmosféricas. Según a qué latitud estemos habrá vegetación que soportará y se adaptará mejor a ambientes más lluviosos, más áridos, más templados o más fríos.

Hay un tercer factor muy importante, la altitud. En varios centenares de metros de cota podemos encontrarnos con una vegetación heterogénea, cada una acostumbrada a unas dinámicas térmicas diferentes. En zonas bajas suelen abundar especies más imponentes, con mayor envergadura y masa foliar, mientras que zonas altas la vegetación predominante suele ser herbácea y de matorral, de dimensiones reducidas y conviviendo con los prados.

La influencia del clima y el suelo

La Climatología, la Edafología y la Geología (éstas dos últimas implicadas con el suelo) son condicionantes muy importantes en la distribución, crecimiento y desarrollo de la vegetación. No se puede entender la localización y comportamiento de las especies sin tener en cuenta esos condicionantes. Los diversos tipos de vegetación dependen, en gran medida, del clima al que estén expuestos (frío, aridez, etc.), del sustrato edáfico en el que se arraiguen (suelos ricos en nutrientes, compactos, etc.) y de la superficie litológica en la que se consoliden (suelo calizo, arcilloso, etc.).

Para hacernos una idea de la importancia de estos factores, podemos poner a modo de ejemplo la vegetación del Garraf y Collserola. Ambos macizos están a menos de 15 km en línea recta el uno del otro. Aun así, presentan una vegetación totalmente distinta. El clima del Garraf y Collserola son muy parecidos, ya que suelen tener registros de temperatura y lluvia similares. El motivo por el que tengan plantas, árboles y matorrales distintos lo encontramos en el suelo. En el Garraf predominan las calizas, rocas solubles con grandes porosidades, por lo que su superficie tiene poca capacidad para retener el agua y los nutrientes, por lo que la vegetación más idónea para ese entorno es la que está acostumbrada a situaciones con escasez de agua. Sin embargo, en Collserola abundan pizarras y materiales arcillosos, un terreno más compacto donde hay menos infiltración del agua y los nutrientes, quedándose buena parte en superficie, por lo que la vegetación más idónea para ese entorno es la que está acostumbrada a situaciones más húmedas, algo totalmente distinto que en el Garraf.

¡Buf! Menos mal que eran aspectos genéricos, jeje. Todo esto no es más que la pequeñísima parte de lo que supone la Biogeografía, y a su vez, ésta no es más que una rama de las diversas que tiene la Geografía Física, que es uno de los tres campos de la Geografía. Qué grande es esta ciencia.

La vegetación del Montseny

La primavera es la época del año más propicia para disfrutar de la naturaleza en su estado puro. Uno de los lugares más característicos para apreciarla es en el Montseny, uno de los parques naturales por excelencia de Cataluña. Situado en la Cordillera Pre-litoral, el área del Montseny cuenta con una gran variedad de especies vegetales y animales que conviven con la heterogeneidad del clima local y al complejidad del paisaje.

Localización del Parque Natural del Montseny
Figura 1. Localización del Parque Natural del Montseny. Fuente: elaboración propia a partir de Google Maps.

La vegetación que podemos encontrar en el Montseny es muy variable. Esta diversidad y su distribución están condicionadas por tres factores: el clima, el tipo de suelo y el hombre. Las plantas más representativas en el Montseny son el acebo, el brezo, el helecho, el enebro y el galanto.

Figura 2. Acebo. Foto: A. Alguacil.
Figura 3. Helecho. Foto: A. Alguacil.
Tabla 1. Principales plantas en el Montseny. Fuente: elaboración propia a partir de trabajo de campo.

En cuanto a los árboles, destacamos la encina, el avellano, el castaño, la haya, el abeto rojo y el roble albar.

Figura 4. Encina. Foto: Pere Roger.
Figura 5. Castaño. Foto: Xavier Varela.
Tabla 2. Principales árboles en el Montseny. Fuente: elaboración propia a partir de trabajo de campo.

Algunos de estos árboles conforman importantes bosques. Destacamos unos cuantos, como el bosque de encinas (encinar), bosque de hayas (hayedo) y bosque de robles de albar (robledal de robles de albar).

En la siguiente imagen se puede ver uno de los hayedos que encontramos en el Montseny. En la parte inferior de la fotografía se contempla la hojarasca (hojas, ramas, tronquitos…), que cubre el sotobosque. Hay hojarascas que pueden tener más de 35 cm de profundidad.

Figura 6. Hayedo. Foto: A. Alguacil.

Como he dicho anteriormente, uno de los factores que inciden en la distribución de la vegetación presente en el Montseny es el clima. Podemos ver un ejemplo con la ubicación de los bosques mencionados líneas arriba.

Figura 7. Cliserie de vegetación del Montseny. Fuente: Panareda (1991).

En esta ilustración podemos ver la disposición altitudinal de la vegetación del Montseny cogiendo como ejemplo el perfil del Turó de l’Home. A medida que vamos ascendiendo de metros las características climáticas van cambiando; en las altitudes más bajas hay temperaturas más suaves y más incidencia de la humedad por parte de la fachada marítima, mientras que en las partes más altas las temperaturas son más bajas y, por lo tanto, las condiciones de vida de la vegetación que crece y se desarrolla en estas altitudes son más adversas. Este hecho favorece a una mayor presencia de matorrales capaces de aguantar bajas temperaturas, escarchadas y fuertes vientos.

En la ilustración que estamos comentando se puede observar que la formación de bosque típica del Montseny presente a menor altitud es la encinar. De manera aproximada, la encinar lo podemos encontrar entre el nivel del mar y los 1.000 metros. Este tipo de bosque acostumbra a ser denso y le es muy favorable el ambiente húmedo y sub-húmedo. Dentro del intervalo altitudinal en el que se encuentra el encinar encontramos dos tipos de formaciones de encinas. Por un lado tenemos el encinar con durillo, ubicado entre el nivel del mar y los 600 metros. Este tipo de encinar se ve favorecido por temperaturas suaves y humedad. Además, podemos encontrar algunos arbustos como el aladierno (Rhamnus alaternus) y la madreselva etrusca (Lonicera etrusca). Y por otro lado tenemos el encinar montañoso, situado entre los 600 y 1.000 metros de altitud. Este tipo de encinar soporta temperaturas más bajas, pero no le es favorable los episodios de frío extremo. Dentro del encinar montañoso podemos encontrar plantas herbáceas como la verónica (Veronica officinalis).

Continuando más arriba nos encontramos con los bosques de robles de albar. Tienden a localizarse a partir de los 1.000 metros sobre el nivel del mar y se desarrollan, sobre todo, en lugares húmedos y silicios, a pesar de que también los podemos encontrar sobre suelos calizos. Además, en las altitudes más elevadas de los robledales de robles de albar podemos encontrar ocasionalmente algunos árboles como el pino rojo (Pinus sylvestris).

Y la última formación boscosa a destacar del Montseny es el hayedo. La altitud mínima en la que podemos encontrar comunidades de hayas es de unos 1.200 metros, aproximadamente, a pesar de que hay casos en los que los podemos encontrar mucho más por debajo, si bien, necesitando mucha más humedad y que el terreno sea sombrío. La altitud más elevada en la que podemos encontrar los hayedos no supera los 2.000 metros. La haya es un árbol muy característico debido a su tronco cilíndrico y muy delgado; además, tiene una longevidad bastante destacada (puede vivir hasta 250 años).

Es evidente, pues, que el clima es un factor clave en la localización y distribución de la vegetación, puesto que cada planta, árbol, matorral, etc., tiene sus características y capacidades de aguantar y desarrollarse en un tipo de clima u otro.