Mes: marzo 2019

Pluviometría en Cataluña durante el 2018

El año 2018 ha sido espectacular a nivel meteorológico. Por encima de todo, destacará por la gran cuantía de precipitaciones registradas, sin desmerecer las numerosas nevadas, especialmente entre febrero y marzo, y diversas tormentas, sobre todo en verano. Asimismo, entre finales de julio y principios de agosto hubo una importante ola de calor, muy destacable en la costa, pero pese a ello los meses veraniegos fueron bastante lluviosos en algunas zonas. Con todo, 2018 ha frenado en seco (y nunca mejor dicho) la gran dinámica de sequía que llevábamos arrastrando desde hace tres años. Sin ir más lejos, 2017 fue uno de los peores años de las últimas décadas a nivel de precipitaciones. En el siguiente enlace podéis echar un vistazo al resumen de las lluvias del 2017: Escasez pluviométrica en Cataluña durante el 2017.

Como suele ocurrir, la distribución de los registros pluviométricos ha sido muy marcada por los fuertes contrastes en pocos kilómetros debido, en parte, al régimen de tormentas, muy presentes a lo largo del 2018. Según datos del boletín climático del Servei Meteorològic de Catalunya (SMC, 2018) en varios lugares del territorio ha habido un aumento de entre tres y cuatro días de tormenta respecto a la media del período 2004-2018.

Figura 1. Precipitación acumulada en Cataluña durante el 2018. Fuente: elaboración propia a partir de estaciones del Servei Meteorològic de Catalunya y Meteoclimatic.

El presente mapa muestra la precipitación acumulada en Cataluña en todo el 2018 a partir de 183 estaciones la Xarxa d’Estacions Meteorològiques Automàtiques (XEMA) del Servei Meteorològic de Catalunya y de 166 estaciones de Meteoclimatic con consistencia estable y fiable de datos. En general, la precipitación ha sido muy abundante, especialmente en las comarcas del Pirineo más occidental, además, en zonas de varias comarcas se han superado los 1.000 litros por metro cuadrado, algo inusual en muchos de estos lares. Del total de las 349 estaciones meteorológicas utilizadas, 108 han superado los 1.000 mm, suponiendo el 31% en términos relativos. El año pasado sólo cinco estaciones sobrepasaron ese registro. Los principales valores han sido los siguientes:

– Espot: 2.058,3 mm

– Boí (municipio de la Vall de Boí): 1.732,2 mm

– Lac Redon (Vielha e Mijaran): 1.655,6 mm

– Certascan (Lladorre): 1.623,9 mm

– Sant Pau de Segúries: 1585,9 mm

– Bonaigua (Alt Àneu): 1.576 mm

– Molló – Fabert (Molló): 1.561 mm

Uno de los lugares donde se han superado los 1.000 mm ha sido la mismísima ciudad de Barcelona. Con una media de lluvias ente los 620 y 650 mm, el año pasado esa tónica quedó pulverizada con los 1.097,5 mm registrados en la zona de Sant Gervasi y los 1000,4 en Sants. Otras estaciones como la del Raval y el Observatori Fabra se quedaron cerca de los cuatro dígitos. Y es que la ciudad condal, más allá de los numerosos días de lluvia que registró, experimentó en algunas ocasiones importantes episodios de tormenta con intensidades de agua muy elevadas y acompañadas, en muchos casos, de granizo. Uno de los ejemplos más significativos lo encontramos con la tormenta del 6 de septiembre, donde en muy pocas horas se llegaron a superar los 110 litros en Montjuïc. Fue algo muy localizado, ya que en pocos kilómetros apenas se llegaron a los cinco litros. Aquel episodio vino asociado a un Sistema Convectivo Mesoescalar (SCM). En el siguiente enlace podéis ver en qué consiste este fenómeno y ver el mapa con los registros acumulados durante aquel día en toda la comarca del Barcelonès: El Sistema Convectivo Mesoescalar.

Por contrapartida, las estaciones que registrado menos lluvia durante el 2018 han sido Seròs (391,8 mm), Aitona (414,9 mm), Torres de Segre (412,8 mm) y Pantà de Riba-roja, que pertenece al municipio de Riba-roja d’Ebre (422,1 mm). Pese a ello, en los lugares donde menos ha precipitado se ha llegado prácticamente a la media climática. De hecho, en buena parte de Cataluña ha llovido entre un 30 y un 50% más de lo habitual, y en otras áreas más reducidas (entre ellas puntos de Barcelona) se ha registrado entre un 70 y un 90% más de lluvia respecto a la media, es decir, ha llovido casi el doble de lo que debería haber hecho.

Y ahora la pregunta… ¿por qué ha sido tan lluvioso este 2018? Después de tres años muy malos a nivel de lluvias, 2018 ha sido totalmente diferente. Uno de los culpables (o héroes, por qué no) lo encontramos con el Calentamiento Súbito Estratosférico en el Ártico (CSE). Esta circunstancia se manifiesta cuando hay una anomalía térmica positiva en el Ártico y alrededores, y con ello se configuran y consolidan altas presiones en esas latitudes, por lo que una parte importante del aire frío almacenado y de las borrascas descienden, circulando por zonas más bajas del continente y aumentado el paso de varios frentes y líneas de inestabilidad, a parte de las propias borrascas y entradas frías.

Aun así es muy importante tener en cuenta que un CSE no es sinónimo de tener unos meses o un año movidito en el centro y sur de Europa. Hay tres circunstancias que lo condicionan. La primera es la magnitud del propio CSE, si éste es discreto (anomalías poco significativas y poco desalojo del aire frío) poco afectará. La segunda circunstancia es que este fenómeno sea lo suficientemente intenso y constante para poder llegar a la troposfera y poder facilitar irrupciones frías en bajas latitudes y el paso de borrascas. La tercera y última dónde se desaloja el aire frío y la correspondiente inestabilidad. Ya puede ser un CSE fuerte y con clara tendencia a incidir en la troposfera, pero si sus efectos asociados se van hacia América del Norte, Europa notaría poco o nada su incidencia.

En cualquier caso, 2018 ha sido muy fructífero para los amantes de la meteo y para la propia naturaleza. Los meses de febrero y octubre fueron los más lluviosos de los últimos años. Sin ir más lejos, octubre dejó entre 300 y 400 litros en muchos puntos de Cataluña, con acumulaciones de hasta más de un 400% respecto a la media, es decir, registros que han superado cuatro veces lo que debería haber llovido.

El 2018 es el año más lluvioso que se recuerda en Cataluña en los últimos años. En invierno la nieve hizo acto de presencia en numerosas ocasiones, con grandes cantidades acumuladas en los Pirineos y con nevadas de hasta tres días seguidos en lugares muy poco frecuentes. En el Observatori Fabra llegó a nevar hasta siete veces. Y el verano tampoco se quedó atrás en muchas zonas. En varios sitios, en sólo tres meses de verano llovió casi lo mismo que en todo el 2015 y que en los tres últimos veranos juntos.

Veremos cómo se comporta el 2019. De momento los niveles de agua en embalses y subsuelo son muy óptimos. Sólo en algunos tramos la superficie, especialmente la destinada a los cultivos necesita una aportación hídrica debido al mal comienzo de año que hemos tenido. Confiemos en que en poco tiempo volvamos a estar entretenidos. Obviamente será muy difícil igualar la dinámica del año pasado por la excepcionalidad que tuvo, pero al menos sería importante seguir en un contexto de precipitaciones dentro de la media.

Fuentes de información:

  • SMC: Servei Meteorològic de Catalunya. Butlletí climàtic anual del 2018. 2019. 69 p.