Mes: diciembre 2017

Los huracanes del Atlántico durante el 2017

El pasado 30 de noviembre finalizó oficialmente la temporada de huracanes en el Atlántico Norte. Sin duda, han sido unos meses muy intensos, y es que este 2017 ha registrado la mayor actividad de huracanes de los últimos seis años, y siendo, además, la temporada con más huracanes de categoría superior (de 3 a 5) desde el 2006. En total, ha habido 10 huracanes de los que seis han sido superiores. Si queréis ver cómo fue la actividad el año pasado, podéis acceder al artículo a través del siguiente enlace: Los huracanes del Atlántico durante el 2016.

Cabe destacar que el 2017 ha presentado una de las temporadas de huracanes más activas de las últimas décadas. Muestra de ello son los más de 207 mil millones de dólares registrados en daños, la cifra más alta de la historia. El número de huracanes, la intensidad, la trayectoria, la velocidad de desplazamiento y los días de duración del fenómeno, son los factores que determinan los daños y pérdidas materiales y personales, junto con la disposición y calidad de las infraestructuras y la cantidad de población expuesta a los ciclones. Para hacernos una idea de la excepcionalidad de esta temporada, podemos compararla con la del año 2005. Ese año fue (y lo sigue siendo) el más activo en cuanto a huracanes, registrándose un total de 15 (cinco más que este año), de los cuales siete fueron de categoría superior (uno más respecto esta temporada). Aun así, la cifra por los daños originados fue de 159 mil millones de dólares, casi 50 millones menos que este año.

Tabla 1. Identificación de los huracanes registrados en el Atlántico Norte en 2017. Fuente: elaboración propia a partir del National Hurricane Center.

En esta tabla se muestran los huracanes registrados este año. De los seis huracanes de categoría superior registrados, dos han sido de categoría 5 (Irma y María). Asimismo, se llegaron a formar tres huracanes de categoría superior de forma seguida (Harvey, Irma y José), de hecho, cinco de los seis ciclones registrados en tan solo un mes y medio (de mediados de agosto a finales de septiembre), fueron de categoría superior. Otro dato a considerar es la trayectoria que han realizado. La mitad de los huracanes superaron los 35 grados de latitud norte, de los cuales, uno superó dicha latitud siendo categoría superior, el huracán Ophelia. Esta circunstancia no es muy común; al margen de esta temporada, sólo hubo un año de los últimos 10 en que se registró un huracán de categoría superior que superó los 35 grados de latitud norte, el Ophelia, en 2011 (exacto, un huracán con el mismo nombre). Y si nos remontamos hasta 1910, desde ese año hasta la actualidad 43 huracanes han superado los 35 grados de latitud norte siendo de categoría 3, 4 o 5, suponiendo un 15% del total de huracanes que han superado dicha latitud.

La devastación de Irma y María

Ambos ciclones han sido de categoría 5 (la máxima categoría) y se dieron en tan sólo un mes. Tenemos que remontarnos hasta 2005 para ver dos o más huracanes de categoría 5 en una misma temporada. De hecho, en el caso de 2005 hubo cuatro huracanes de la categoría máxima, Emily, Katrina, Rita y Wilma.

Irma, antes de convertirse en huracán, empezó como tormenta tropical el 30 de agosto, aunque al día siguiente ya fue huracán de categoría 1. Su evolución fue tan rápida que antes de acabar el día 1 de septiembre ya se convirtió a categoría 3. De hecho, de los 13 días que duró Irma, en 11 lo hizo como categoría superior. Durante su trayectoria, el ciclón afectó a numerosas islas, como Cuba, Puerto Rico, Barbuda y Bahamas, además del estado de Florida. El balance fue de un centenar de fallecidos y poco más de 100 mil millones de dólares en daños. El día 11 de septiembre volvió a tormenta tropical al norte de Florida, donde se fue debilitando progresivamente.

En el caso de María, comenzó siendo tormenta tropical el 16 de septiembre, pasando a huracán de categoría 1 el día 17, aunque de forma muy rápida alcanzó la categoría 3 al día siguiente. De los 14 días que duró María, seis lo hizo como categoría superior. En su trayectoria, el ciclón afectó varios lugares, como Puerto Rico, República Dominicana, Bahamas y las Bermudas, además de seis estados estadounidenses, como Pennsylvania y Nueva York. El balance fue de casi 1.300 fallecidos y cerca de los 100 mil millones de dólares en daños. El 28 de septiembre se convirtió en tormenta tropical.

Las pérdidas humanas y materiales no solamente se entienden teniendo en cuenta la magnitud de estos huracanes, sino también viendo la vulnerabilidad de las áreas afectadas. Infraestructuras débiles, densidad de población y reiteración de estos fenómenos son otros factores que inciden en los daños físicos y económicos. Además, varias de las regiones han sufrido el paso y la destrucción de los dos huracanes de categoría 5. Estas áreas han sido Islas de Barlovento, Islas Turcas y Caicos, Islas Vírgenes, Bahamas y Puerto Rico.

Ophelia, el huracán “revelación”

La temporada de huracanes del 2017 estaba siendo muy activa y compleja, varios ciclones tropicales azotando Centroamérica, Caribe y zonas de Estados Unidos, huracanes de todas las categorías, unos tocando tierra, otros trascurriendo cerca de lugares habitados, tres huracanes de categoría superior que se formaban uno tras otro, seis huracanes en tan sólo un mes y medio de los que cinco eran de categoría superior, incluso momentos en los que había hasta tres huracanes de forma simultánea (dos de ellos de categoría superior), pero aún faltaba la guinda al pastel, el huracán Ophelia, que terminaría de adornar lo que ha sido una temporada histórica con permiso del 2005. Y es que este huracán ha dado dolores de cabeza a más de uno, no sólo a los científicos, también a los modelos meteorológicos. El 9 de octubre se observó la formación de una depresión tropical que rápidamente pasaría a tormenta tropical. Con la temperatura del océano a su favor y el aumento de la convección, al cabo de tres días se convirtió en huracán de categoría 1.

Figura 1. Imagen de satélite del huracán Ophelia. Fuente: European Organisation for the Exploitation of Meteorological Satellites (EUMETSAT).

Al llegar a huracán la expectativa era máxima; había mucha incertidumbre acerca de a qué intensidad llegaría, cuál sería su trayectoria y la velocidad de desplazamiento. ¿Por qué tanta expectación? Con Ophelia nos encontrábamos ante un huracán que amenazaba con dirigirse a Europa, un continente poco acostumbrado a este tipo de fenómenos. Además, había dos circunstancias que inquietaba a la masa social, y es que más allá de su recorrido hacia Europa, el ciclón se dirigía al norte del mismo, por lo que hacía todavía más inusual esta situación. El otro factor preocupante era la categoría con la que llegaría al viejo continente. Del día 12 al 15 Ophelia fue oscilando entre las categorías 1 y 2 salvo media jornada del día 14, en que se convirtió en categoría 3 con vientos de 185 km/h, siendo, pues, el huracán de categoría superior que circula más al este del Atlántico de toda la historia desde que se tienen datos, llegando casi a los 13 grados de longitud oeste (los huracanes que afectan al Caribe y Golfo de México se mueven entre los 65 y 110 grados de latitud oeste). Incluso se llegó a pensar que el huracán podría alcanzar la categoría 4, pero finalmente no fue así. Ophelia se convirtió en tormenta extratropical y acabó afectando a la vertiente occidental del Reino Unido.

Sin duda, ha sido una temporada de huracanes en el Atlántico muy intensa, como acabamos de comentar. Cabe recordar que con la formación y desarrollo de un huracán se libera mucha energía del océano, por lo que si tenemos en cuenta que este año ha habido 10 huracanes de los que seis han sido de categoría superior, es probable que en la temporada de 2018 la actividad sea notablemente menor, debido a la gran pérdida de energía calorífica. Evidentemente no es más que una hipótesis. Veremos cómo transcurre la temporada que viene.

Fuentes de información: